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PROTOCOLO

PROTOCOLO

TÚ o USTED.

Elegir a veces entre utilizar el Tú ó el Usted plantea problemas y se puede llegar a actuar incorrectamente. En esta lección señalaremos algunas reglas que pueden serle de utilidad para saber que hacer en la mayoría de las situaciones.

De entrada, no se debe abusar del tuteo, aunque sea cada vez más frecuente: la otra persona se puede sentir molesta por tanta familiaridad.


Tenga presente que se puede meter la pata por tutear indebidamente, nunca por utilizar el Usted, pero tampoco caiga en situaciones ridículas: no llame de Usted a su padre o a su madre.


Cuando se dirija a un desconocido lo correcto es utilizar el Usted, especialmente con personas de mayor edad o posición social, pero lo mejor es utilizarlo con cualquier persona (sólo se puede tutear de entrada a los niños).


Cuando la relación se desarrolla, es la persona de mayor edad o categoría social, o, en su caso, la señora, la que debe proponer el "tutearse", que será aceptado inmediatamente con una sonrisa en los labios.


No tutee a un camarero que le esté tratando de usted y menos aún si se trata de una persona de cierta edad (no se comporte como un "señorito").


No tutee al taxista, ni a la mujer del servicio, dele el respeto que se merecen. Por cierto, tampoco ellos le deberían tutear.


En el trabajo puede tutear a los compañeros, pero al dirigirse a su jefe sea prudente y utilice el Usted; espere que sea él quien proponga el tuteo.


Si un amigo le presenta a un amigo suyo puede tutearle, salvo que por edad o posición social sea aconsejable utilizar el Usted.



PRESENTACIONES.



  • Si usted organiza una fiesta o reunión, como buen anfitrión debe procurar presentar entre sí a los invitados. También, si coincide usted con dos amigos que no se conocen entre sí, debe proceder igualmente a presentarlos.

    ¿Cómo se realizan las presentaciones?

    Hay una regla básica que debe tener siempre presente: la persona menos importante se presenta a la más importante, por tanto:

    El joven debe ser presentado a la persona de mayor edad.
    El hombre debe ser presentado a la mujer.
    El subordinado debe ser presentado al jefe.
    La persona de menor categoría profesional o social debe ser presentada a la de mayor categoría.
    La familia debe ser presentada a un tercero.
    Basta con indicar el nombre y apellido de la persona presentada. Si la presentación se realiza en una reunión o fiesta sería aconsejable dar alguna información sobre las personas presentadas, a efecto de facilitar que pueda surgir entre ellos algún tema de conversación:

    Ejemplo: Te presento a Emilio de la Puerta, abogado y gran amante de la pintura. Por cierto, acaba de regresar de un viaje por Argentina.

    Pero con moderación:

    Ejemplo a evitar: Te presento a Emilio de la Puerta, hombre de honor, amigo de sus amigos, estudiante destacado que curso la carrera de abogacia con premio extraordinario. Esposo amado y padre de familia ejemplar. Modelo de rectitud y de decoro, ciudadano cumplidor, que paga sus impuestos.

    Si usted está sentado y le presentan una persona debe levantarse en señal de respeto. Sólo la mujer puede seguir sentada, aunque debería también levantarse si le presentaran a una señora de mayor edad o a un señor de elevada posición social.

    Si usted organiza una fiesta de pocos invitados su obligación es presentarlos a todos. Si los invitados son numerosos, no estará obligado a presentarlos a todos, pero sí debe vigilar que ninguno de ellos deambule por la fiesta como "alma en pena", tratándo de incorporarlo a algún grupo.

    La auto presentación es aceptable en algunos casos. Así, si asistiera a una fiesta y no fuera presentado, puede recurrir a auto presentarse: diga su nombre y apellido, añadiendo algo del estilo de "tenía muchas ganas de conocerle", o "me han hablado mucho de usted".
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    DAR LA MANO.

    El saludo entre dos caballeros siempre será un apretón de manos:

    El apretón de manos debe ser con determinación: ni muy corto (que parezca que le resulta molesto), ni muy largo.

    Firme: no ponga la mano blanda (que parezca que es de goma), ni apriete en exceso (no se trata de dislocarle los huesos a la otra persona).

    La mano se mueve ligeramente: no sacuda el brazo ajeno, cual descarga eléctrica.

    Siempre mirando a los ojos y con la mejor de sus sonrisas.

    Si le suda la mano tenga la precaución de secársela antes de darla (no es especialmente agradable estrechar una mano húmeda).

    A la mujer no se le estrecha la mano, si ella la ofrece se le toma con delicadeza.

    Si lleva guante ha de quitárselo antes de dar la mano.
    Si existe gran confianza entre dos personas (dos hermanos, amigos de la infancia, padre e hijo...), se puede abrazar, dar un beso en la mejilla, o una palmada en la espalda:

    De todos modos, trate de no abusar de estas formas más efusivas (si no, que va a dejar para los amigos)
    Cuando se va a saludar a una mujer, espere a que ella le ofrezca su mano, ésta se tomará suavemente e inclinando la cabeza se hará el ademán de besarla (recuerde que no se llega a besar).

    No trate de besar en la mejilla a una mujer que le acaban de presentar (puede que no le guste). Espere a que ella tome la iniciativa (ofrecerá la mano, acercará su mejilla...) y obre en consecuencia.

    Entre dos mujeres lo correcto es un beso en la mejilla (dos mujeres no se dan la mano ni se abrazan)

    Según el país se darán uno o dos besos (o puede que tres):

    En Europa se suelen dar dos besos

    En Latinoamérica lo normal es un beso

    En Rusia se besa tres veces

    Por último, antes de saludar, si el caballero lleva sombrero, se descubrirá, mientras que la mujer no tiene obligación de descubrirse.

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    PUNTUALIDAD.

    La puntualidad es una norma básica de educación:

    No se puede ser más o menos puntual, hay que ser siempre puntual.

    La puntualidad ha de estar presente tanto en el trabajo como en la vida social:

    Ni se puede llegar tarde a una reunión de trabajo, ni tampoco a una cena (por mucha confianza que tengamos con el anfitrión).

    Y también, la puntualidad rige tanto para el invitado como para el anfitrión:

    Ni el invitado puede llegar tarde a una cena, ni tampoco el anfitrión puede recivir a los invitados sin tenerlo ya todo dispuesto.

    No le pida a un invitado que vaya cortando el pan, ni a otro si no le importaría ir a comprar el hielo. Tampoco reciba a sus invitados con una toalla reliada en la cintura, dejando un reguero de agua por todo el pasillo.

    Tan malo es el retraso, como llegar antes de tiempo (incluso puede que esto sea peor):

    Si le han citado a las 10 de la noche, haga el favor de no presentarse a las 9,30 y "pille" a la señora de la casa todavía con los rulos puestos.

    Hay quien opina que lo cortés es llegar con un retraso de unos 15 minutos, dándole margen a los anfitriones por si fueran retrasados. Esta opinión es discutible, pero, en todo caso, nunca más tarde de un cuarto de hora.
    Sea consciente de que por su tadanza se puede enfriar y "echar a perder" esas delicias que con tanto esmero ha estado toda la tarde preparando la anfitriona (conseguirá que le odie).

    Cuando se organiza una comida o cena en casa se suele dar media hora de cortesía a los invitados. Así, mientras van llegando los primeros se ofrece un aperitivo, dando tiempo a los más rezagados para que se vayan incorporando.
    Pasada la media hora se pedirá a los invitados que pasen a la mesa. No haga esperar a todo el mundo por culpa de un amigo tardón.

    Si la cita es en un restaurante, se esperará a los invitados en la barra o sentados en la mesa:

    Se podrá tomar una bebida, pero no comience ya a picar (reprima su apetito insaciable)

    Si, por un imprevisto, uno va a llegar tarde a una cita o reunión (algo, de entrada, imperdonable), si el retraso supera los 15 minutos es inexcusable llamar por teléfono.

    Discúlpese, explique los motivos del retraso, indique cuando preve que puede llegar y pida a los anfitriones que vayan empezando, que ya se incorporará usted más tarde.

    Cuando llegue, discúlpese nuevamente de los anfitriones y a continuación del resto de invitados

    Por último, si es usted el anfitrión y uno de sus invitados se retrasa una eternidad, sin llamar para dar explicaciones, arruinándole la cena y la velada, originando un conflicto familiar....

    ... cuando asome su bella cara angelical por esa puerta, no le riña, no le pegue, no le tire por la ventana, simplemente pregúntele si el café lo toma sólo o con un poco de leche.
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    EN EL AUTOMOVIL.
    I

    En el automóvil es un lugar donde se debe ser especialmente cuidadoso en el manteniemiento de los buenos modales, ya que es muy frecuente que dentro del coche se produzca una transformación terrible de la personalidad.

    Personas normalmente tranquilas, apacibles y educadas, una vez al volante se convierten en violentos, pendencieros y guerrilleros.

    En el automóvil, tanto de conductor como de pasajero, hay que seguir y respetar unas reglas básicas de urbanidad.

    En todo caso, vamos a comenzar por algo previo a todo ello, el propio mantenimiento del coche.

    Mantenimieno del coche

    El automóvil es parte de su habitat y, por tanto, debe mantener en él su seña de identidad:

    Mantenga su coche limpio, tanto por dentro como por fuera.

    Es su obligación tener su automóvil en perfecto estado de mantenimiento, por su conservación y, sobre todo, por su seguridad. Esto es especialmente importante si lleva usted pasajeros.

    Sea discreto en su decoración:

    En principio, evite cualquier tipo de pegatina, y si fuera superior a su fuerza eliga alguna lo más dicreta posible. Evite "cursilerías", del tipo " Yo amo Benajudilla del Arroyo ", o incluso algo ordinarias " No me toque el pito que me irrito ".

    Evite colocar en la parte de atrás un perro al que se le mueve la cabeza, o un semáforo al que se le encienden las luces.

    Absolutamente prohibido cojines, visillos, persianas, e incluso fundas de bolitas para los asientos.

    Prohibido bocinas con melodías incorporadas.

    Su coche dispone de las luces que su fabricante estimó oportuna, no lo convierta en una discoteca rodante.

    No "metamorfose" su coche. Si usted se ha comprado un utilitario, es eso un utilitario y nada más, no trate de convertirlo en una especie de platillo volante con todo tipo de faldones, alerones y otros diversos complementos.

    En cuestión de colores, cada uno según su gusto, pero si pudiera evitar el "amarillo limón", el "verde turquesa", el "naranja butano", y otros por el estilo, sus paisanos se lo agradecerán.

    II

    En esta lección analizaremos el comportamiento de un caballero al volante de su automóvil.

    Comportamiento del conductor

    Primera norma básica: respete escrupulosamente las señales de tráfico y los límites de velocidad. Si están ahí será por algo, no olvide que puede poner en peligro no sólo su vida, sino (y lo que es más importante aunque usted no se lo crea) la vida de otros.

    Trate de facilitarle la labor al resto de conductores:

    Si otro conductor quiere incorporarse, sea usted un caballero y cédale el paso. Si es a usted a quien se lo ceden, agradézcalo con una gesto de la mano.

    Si un camión le facilita el adelantamiento haciendole señales con los intermitentes, agradézcaselo con un toque de bocina.

    Si hay un conductor en apuros parado en el arcen sin que nadie le preste asistencia, detenga el coche y ofrézcale su ayuda.

    Si alguien viene de frente y le deslumbra, no se ponga como un energúmeno a hacer cambios de luces, indíqueselo con un par de destellos.

    Si viaja usted con pasajeros, hágales el viaje lo más cómodo posible:

    El asiento delantero derecho se reserva a la persona de mayor relevancia (se excluye de este ranking al conductor).

    Conduzca con una velocidad prudente: no les lleve con el alma en vilo.

    No sea brusco en su conducción: evite giros violentos, aceleraciones y frenadas. En definitiva, trate de no que no se mareen.

    No ponga la radio sin preguntar primero, y, en todo caso, pongala a un volumen moderado (es un coche, no una discoteca).

    No baje la ventanilla sin pedir permiso, y aun obteniendo dicho permiso, valore en que medida puede estar usted molestando (un rechinar de dientes que provenga del asiento trasero puede ser una buena pista).

    No ponga la calefación sin consultar primero. En todo caso, pregunte cada cierto tiempo qué tal se encuentran, si prefieren más o menos calor, música, etc.

    Si usted fuma, no lo haga si tiene la más minima sospecha de que puede molestar. En todo caso, pregunte antes de fumar.

    Si es el pasajero quien fuma, invítele a que lo haga sin esperar a que se lo pregunte. Si viaja usted con varias personas, debe procurar que no se fume si considera que a alguien le puede molestar.

    Cada cierto tiempo pregunte si alguien quiere hacer una parada. No espere a que la gente esté con las lágrimas saltadas, mordiéndose los labios y cruzando las piernas cual contorsionistas, para no "mearse" en el coche.
    Pagar el peaje o la gasolina es obligación exclusiva del dueño del coche, por lo que no permita colaboraciones. Los demás que inviten, si quieren, al café, al bocadillo, etc.

    En caso de estudiantes, compañeros que van juntos todos los días al trabajo, etc., esta regla no se aplica.
    Cuando se disponga a entrar en el coche, si va usted con pasajeros sepa que es el conductor el último que entra: primero abra las puerta a los acompañantes y en último lugar entre usted.

    En caso de colisión con otro coche, no se ponga usted como una fiera: actúe con serenidad, y si no está de acuerdo con la interpretación del otro conductor, ya habrá tiempo de discutirlo en los tribunales.

    El claxon está reservado para ocasiones muy especiales (bodas de plata, primer hombre en la Luna, etc.). Así que no se apoye con el codo en el claxon, ni lo utilice a diestro y siniestro.

    Y, por último, prohibido lanzar objetos diversos por la ventanilla.

    III

    Vamos a ver ahora como debe comportarse el pasajero.

    Comportamiento del pasajero

    Cuando se viaja en un coche ajeno nuestro comportamiento debe ser tal que al conductor le resulte grata nuestra compañía. Para ello será necesario seguir unas reglas básicas:

    Terminantemente prohibido explicarle al conductor cómo debe conducir (se supone que ya sabe).

    Se aceptará su estilo particular de conducción, aunque sea diferente al nuestro (más rápido, más despacio, más brusco, más suave, etc.). Sólo en casos extremos, en los que se llegue a temer por la integridad física, se podrá hacer una discreta observación (con la máxima amabilidad).

    El pasajero debe acompañar al conductor, dándole conversación si éste quiere hablar o respetándole su silencio.

    Se evitarán temas polémicos que puedan terminar en discusión (se corre el riesgo de perturbarle o de tener que abandonar el coche antes de destino).

    Tampoco es el coche el lugar de contar chistes y hacer que el conductor se "parta" de risa.

    Absolutamente prohibido dormirse (y menos roncar), especialmente si es el pasajero del asiento delantero.

    El pasajero insistirá en contribuir al pago de la gasolina, el peaje, etc, (que el conductor debe rechazar). Por ello, debe el pasajero invitar al café, a los bocadillos, etc.

    Abstenerse de fumar si el conductor no lo hace (el olor del tabaco permanece en el coche). En caso de fuerza mayor se pedirá permiso y se fumará lo indispensable.

    También se pedirá permiso para bajar la ventanilla. No obstante, hay que tener presente que aunque el conductor no ponga objeción, puede que le resulte algo incómodo.

    El pasajero debe moderar sus peticiones: "ponemos música", "paramos aquí", "nos desviamos por allá", etc. El pasajero debe aceptar su papel de actor secundario y dejar el protagonismo al conductor.

    Como sentarse en el coche
    Si se viaja con chófer, se ocupará el asiento trasero de la derecha, en diagonal con el conductor, facilitando la comunicación que pueda surgir.

    Si son varios pasajeros, el asiento preferente sigue siendo el trasero de la derecha, luego el trasero de la izquierda, y la persona de menor categoría ocupará el asiento delantero junto al chófer.

    Si se viaja en un coche privado, el asiento preferente es el delantero de la derecha. En la parte trasera son preferentes los asientos junto a las ventanillas, y en último lugar el del centro.
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    COMO PONER LA MESA.

    Cuando se celebra una comida o cena formal la disposición de la mesa debe seguir unas reglas muy estrictas:

    La mesa debe estar totalmente preparada cuando llegan los primeros invitados (nada de carreras a última hora).

    Debe estar bien iluminada: ni invitados deslumbrados, ni invitados en la penumbra.

    La mesa se cubrirá con un mantel, a ser posible de hilo, de color blanco o crudo (nada de "mantelitos" individuales).

    El mantel debe hacer juego con la vajilla y con la decoración del salón; debe estar impecablemente planchado (nada de excusas: "...es que como es de hilo se arruga con sólo mirarlo...").

    La mesa no debe estar sobrecargada, como motivo decorativo un bonito centro de flores, pero que no obstaculice la visión entre los invitados.

    Entre cada sitio se mantendrá una distancia suficiente, para que los comensales se puedan desenvolver con comodidad (si su mesa es para 8 personas, no trate de batir ningún record sentando a 14).

    La servilleta se dispondrá en forma de rectángulo o de triángulo a la izquierda del plato o sobre el mísmo. Nada de forma de "palomita" ni otras formas alegóricas, y mucho menos dentro de una copa.

    Los platos pueden estar ya colocados, aunque lo más ortodoxo es tener dispuesto un bajo plato e ir colocando los platos a medida que se vayan a utilizar.

    Colocación de los cubiertos:

    El cuchillo, la pala de pescado y la cuchara a la derecha del plato (el cuchillo con el filo mirando al plato).

    El tenedor a la izquierda.

    Los cubiertos se diponen de tal manera que los primeros que se utilizan son los más alejados del plato, y los que se utilizan en último lugar los más próximos al mísmo.

    Los cubiertos de postre se colocan enfrente del plato (entre éste y las copas): el tenedor mirando a la derecha y la cucharilla o cuchillo mirando a la izquierda.
    Las copas se sitúan enfrente del plato. Hay varias maneras de disponerlas, pero la más ortodoxa es en fila y un poco desplazadas hacia la derecha del plato. El orden de las copas será:

    De mayor a menor tamaño y de izquierda a derecha. Empezando por la izquierda, primero la copa de agua, luego la de vino tinto y luego la de vino blanco; entre estas dos últimas se coloca la copa de cava o champagne.
    Enfrente del plato, un poco a la izquierda, se coloca el platito del pan. El pan se cortará con la mano (nada de cuchillo), y las migas, a ser posible, que caigan en el platito (para algo se pone).

    Por último, no se ponen ceniceros en la mesa. Si hubiese fumadores entre los comensales los ceniceros sólo se sacarán cuando se sirva el café.
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    COMO SENTARSE A LA MESA.

    I

    A la hora de sentarse en la mesa hay que respetar un orden de preferencia muy determinado. Existen básicamente dos sistemas a la hora de establecer esta preferencia:

    Sistema FRANCÉS.

    Los anfitriones se sientan en la parte central de la mesa, uno enfrente del otro.

    El invitado de honor se sienta a la derecha de la anfitriona y su mujer a la derecha del anfitrión

    El segundo invitado en importancia se sienta a la izquierda de la anfitriona y su mujer a la izquierda del anfitrión

    Así sucesivamente se van disponiendo las parejas, en forma de diagonal, aunque el resto de los invitados se va sentando con más libertad.

    Sistema ANGLOSAJÓN.

    Los anfitriones se sientan en cada cabecera de la mesa.

    El invitado de honor se sienta a la derecha de la anfitriona y su mujer a la derecha del anfitrión.

    El segundo invitado en importancia se sienta a la izquierda de la anfitriona y su mujer a la izquierda del anfitrión.

    Así sucesivamente se van disponiendo las parejas, en forma de diagonal.

    En ambos sistemas hay que cumplir las siguientes normas:

    Las parejas nunca se sientan juntas, sino en diagonal.

    A ser posible, se va alternando un hombre y una mujer.

    Los anfitriones pueden ceder sus sitios a los invitados de honor, ocupando ello el puesto de invitados de honor

    II

    Será el anfitrión quien anuncie el momento de pasar al comedor, tras un aperitivo que no debe durar más de 30 / 45 minutos.

    Para entrar en el comedor conviene observar las siguientes reglas:

    La anfitiriona es la primera que entra (por si algo no estuviera correcto poder arreglarlo).

    Le siguen el resto de señoras.

    A continuación pasan los caballeros.

    El anfitirión es el último en entrar.

    La anfitiriona indicará el lugar que corresponde a cada uno de los invitados.

    No se siente donde le parezca, no le vaya a ocurrir como a aquel invitado que en una boda se sentó en el primer sitio libre que vio con la mala suerte de que era la mesa de los novios, quienes tuvieron que acomodarse uno a cada lado del invitado "estrella".

    Los señores no se sentarán hasta que no lo hayan hecho las mujeres (se exime de esta norma a las personas mayores).
    Los caballeros deben ayudar a las mujeres a sentarse, apartándoles ligeramente la silla de la mesa.

    Por cierto, corresponde a los anfitiriones evitar que el número de comensales sea 13 (no hay que tentar a la suerte y hay invitados que se pueden sentir incómodos).

    Una vez sentado hay que tener presente:

    No se apoyan los codos en la mesa, se apoyan los antebrazos (no podemos confundir la mesa de un comedor con el pupitre de un colegio).

    Las manos siempre sobre el mantel, nada de manos escondidas debajo de la mesa sobre las piernas (y mucho menos sobre la pierna de la vecina, especialmente si no es su mujer).

    La espalda recta, pero con naturalidad: ni encorvados, ni tampoco dando la impresión de estar escayolados.
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    COMO NOS SERVIMOS.

    A la hora de servir se debe seguir un orden muy determinado:

    Primero se sirve a la mujer de mayor categoría (por edad o por estatus social) que normalmente estará sentada a la derecha del anfitrión.

    Luego se sirve al resto de señoras, según el sentido contrario a las agujas del reloj.

    La última señora en ser servida será la anfitriona.

    A continuación se sirve a lo señores siguiendo el mismo esquema, siendo el anfitrión el último en ser servido.

    Si no hay camareros y se va pasando la bandeja:

    Se comienza por la señora de mayor categoría y la bandeja se va pasando al invitado que se encuentre a la derecha.

    A la hora de servir hay que tener presente:

    Se sirve por la izquierda del comensal, mientras que los platos, una vez que se ha terminado, se retiran por su derecha.

    El vino, en cambio, se sirve por la derecha.

    Uno se debe servir una cantidad discreta:

    Ni mucho (que parezca que hace días que no come caliente), ni poco (puede dar la impresión de que no le gusta la comida).

    Se sirve de la parte de la fuente que quede más próxima, nada de ir examinando los filetes a ver cual tiene mejor pinta, ni de inspeccionar los huevos fritos a ver cual tiene más "cuscurritos".

    No se comienza a comer hasta que todo el mundo se haya servido:

    Será la anfitriona quien comience.

    Si hubiera muchos invitados la anfitriona comenzará cuando estén servidos los comensales que estén a su derecha e izquierda, comiendo lentamente para dar tiempo al resto de invitados a ser servidos.

    La anfitriona preguntará si alguien quiere repetir:

    La respuesta es clara: no se debe repetir (por muy delicioso que fuera el manjar).
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    SERVILLETA y CUBIERTOS.

    Vamos a ver en esta lección como se utiliza adecuadamente la servilleta y los cubiertos.

    Servilleta

    Ya hemos comentado que al poner la mesa la servilleta se coloca sobre el plato o a su izquierda, bien en forma de triangulo o de rectangulo.

    ¿Cómo se utiliza la servilleta?

    Cuando nos sentamos en la mesa debemos colocar la servilleta sobre las piernas.

    La servilleta se utiliza únicamente para limpiarse los labios, discretamente, antes y después de beber.

    Una vez que temina la comida, se coloca la servilleta a la derecha del plato de una manera informal: nada de doblarla con esmero como si no se hubiera utilizado (aunque tampoco se trata de dejarla hecha un "barullo").

    Cubiertos

    A la hora de utilizar los cubiertos hay que seguir una serie de reglas:

    Los cubiertos van a la boca y no la boca a los cubiertos, por tanto, cuando se come hay que mantenerse recto, todo lo más ligeramente inclinado hacia el plato, y con los cubiertos se llevará la comida a la boca (nada de acercar la cara al plato).

    Los cubiertos no se cambian de mano: la cuchara , el cuchillo y la pala de pescado se cogen con la derecha y el tenedor con la izquierda. Tan sólo, a veces, el tenedor (cuando se utiliza como si fuera una cuchara, por ejemplo con guisantes) se coge con la mano derecha.

    El cuchillo nunca se mete en la boca: terminantemente prohibido ya que puede ser peligroso.

    La cuchara se introduce en la boca por la punta, no por un lateral.

    Cuando se está masticando o hablando los cubiertos se colocan sobre el plato en forma de cuña, lo que indica que todavía no se ha terminado.

    Cuando se termina se dejan los cubiertos en paralelo y perpendicular a la mesa.
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    CONVERSACIÓN en la MESA.

    La mesa no es sólo un lugar para disfrutar de una exquisita gastronomía sino que es, y muy especialmente, un lugar de encuentro social donde la conversación juega un papel de primer orden.

    En este sentido, en la mesa hay que respetar unas reglas básicas:

    No se habla nunca con la boca llena (terminantemente prohibido).

    Hay que participar en la conversación, sin tratar de monopolizarla.

    El invitado debe permitir al anfitrión un cierto protagonismo.

    Es importante saber participar en la conversación sin retrasarnos en la comida (que no nos tengan que esperar luego a que terminemos el plato).

    Hay que convesar con los distintos comensales que nos rodean: no se puede uno limitar a hablar con uno de ellos ignorando al resto (por muy aburridos que nos resulten).

    Hay temas "tabú" que se deben evitar. Entre otros:

    Política
    Fútbol
    Religión
    Sexo
    No se debe prolongar una conversación en la que hay comensales que, por desconocimiento, no pueden participar.

    La conversación debe ser variada, dando oportunidad a todos los invitados a participar.

    El anfitirión debe jugar aquí un papel principal, proponiendo nuevos temas que tratar cuando la conversación vaya decayendo.

    Si hay algún comensal poco participativo, el anfitirón debe proponer algún tema que de a este invitado la oportunidad de integrarse en la reunión.

    La mesa no es un lugar para discutir, por lo que hay que evitar entablar disputas, siendo deber del anfitrión cortarlas del modo más educado posible.

    Tampoco es la mesa el lugar para hablar del trabajo, dejando a muchos invitados totalmente fuera de juego.
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    ELECCIÓN del VINO.

    Un buen vino es el complemento necesario de una buena comida, por tanto, no se puede escatimar a la hora de elegir el vino que se va a servir en la mesa.

    La buena educación exige tener unos conocimientos mínimos de vino, aunque llegar a ser un experto es realmente complicado y muy pocos pueden presumir de serlo.

    No obstante, hay que conocer al menos unas normas mínimas:

    El vino será catado por el anfitrión, aunque éste puede ofrecer dicho honor a un invitado que sea entendido.

    Catar el vino exige cierta ceremonia: mover la copa y elevarla para apreciar el color; acercarla a la nariz para disfrutar su aroma y beber un ligero sorbo para disfutar su sabor.

    El invitado que cata el vino sólo en casos extremos (cuando aquello sea puro vinagre) podrá hacer educadamente una observación al anfitrión, pero nada de escupir el vino, haciendo aspavientos y gritando ¡¡¡ nos han querido envenenar!!!!

    El anfitrión es el encargado de servir el vino.

    El vino se sirve con la mano derecha (algunas personas piensan que trae mala suerte hacerlo con la mano izquierda).

    Si un camarero sirve el vino lo hará por la derecha del comensal (al contrario que la comida, que se sirve por la izquierda).
    Cuando se sirve el vino no se apoya la botella sobre el borde de la copa (la botella podría estar algo sucia).

    La copa se llena hasta la mitad aproximadamente (nunca hasta el borde como si fuera un vaso de agua). La mitad libre de la copa permitirá que se concentren los aromas y poder disfrutarlos con el olfato.

    La botella se puede dejar en la mesa, aunque es mejor colocarla en una pequeña mesa auxiliar. Los vinos que se sirven frío se mantendrán en un recipiente con hielo, pero a la hora de servirlos nada de reliarlos en una servilleta blanca (hasta ahí podríamos llegar).

    Antes y después de beber, hay que limpiarse los labios con la servilleta.

    Cada comida exige un vino determinado que habrá que conocer. En todo caso, los vinos se sirven siguiendo un orden:

    El blanco y el rosado se sirven antes que el tinto.
    Los vinos hay que servirlos a determinadas temperaturas:

    El blanco y el rosado se sirven fríos (unos 10º).

    El jerez, la manzanilla, y el cava también fríos (5º / 10º).

    El tinto a temperatura ambiente (unos 20º).
    Si alguien no quiere beber vino (él se lo pierde), se le ofrecerá agua, pero nunca un refresco (sería una afrenta a la anfitriona que ha preparado un suculento banquete).
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    EN LA MESA; CONSIDERACIONES.

    Veamos, antes de cerrar el capítulo del buen comportamiento en la mesa, varias consideraciones finales:

    Hay que comer al mismo ritmo que el resto de comensales: ni muy rápido (no hay un premio para el que termine primero), ni muy lento (que hagamos esperar al resto de invitados).

    Si el invitado necesita algo, se dirigirá a la anfitriona (nada de pedirlo directamente al servicio).

    Cuando se come se hace con la boca cerrada y haciendo el menor ruido posible (no se puede montar un escándalo con el traqueteo de las mandíbulas).

    En la comida no se fuma (de hecho, en la mesa no se ponen ceniceros hasta que se sirve el café).

    Si ocurre una "catástrofe" en la comida (copas derramadas, platos rotos, etc.) el invitado se debe disculpar y hacer ademán de ayudar. Los anfitriones quitarán importancia a lo ocurrido y no permitirán que el invitado se ponga a recoger los destrozos (llamarán al servicio o ellos mismos lo harán personalmente).

    No se debe mojar pan en la salsa: por muy rica que pueda estar trate de evitar esta tentación.

    Se ha clavado una espina en la boca: que no cunda el pánico: se tapa la boca con una mano o con la servilleta y con la otra discretamente se saca la espina y se deposita en el plato (nada de enseñarla al resto de comensales como si fuera un trofeo de caza).

    Nada de hurgar con un palillo en los dientes: el único calificativo que se le podría dar a esta costumbre es el de ESPANTOSA.
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    CEDER EL PASO.

    El ceder el paso es una regla básica de cortesía, aunque cada vez se estila menos:

    ¿Cuando hay que ceder el paso? La respuestas es SIEMPRE (aunque luego mencionaremos algunas excepciones).

    El ceder el paso es especialmente obligado en los siguientes casos:

    El hombre cederá siempre el paso a la mujer (aunque ésta sea su suegra).

    El joven cederá siempre el paso a la persona mayor.

    El subordinado cederá siempre el paso a su jefe (por lo que pudiera pasar).

    Pero también hay que cederse el paso entre personas del mismo sexo:

    Los hombres entre sí y las mujeres entre sí se deben también ceder el paso.

    No obstante, esta regla tiene algunas excepciones:

    Cuando se entra en un restaurante, el hombre entrará delante, para pedirle al camarero una mesa y también porque resulta incomodo entrar en estos locales y que todos los comensales se nos queden mirando (hay que evitarle ese mal trago a la mujer).

    Cuando se entra en un taxi, el caballero pasa delante: no oblique a su señora tener que arrastrarse por el asiento, cual reptil, hasta alcanzar la ventanilla contraria.

    Cuando se baja una escalera, el hombre irá delante: por si la mujer tropezara y cayera poder salvarla, acogiéndola en sus recios brazos.

    No se está obligado a ceder el paso en las colas del autobús, del cine, del teatro, de la carnicería. Prima el principio de "Primero que llega, primero que pasa". Eso si, se cederá el paso inexcusablemente a una persona de edad, a una mujer embarazada o a un enfermo.

    ¿Y cuando se llevan pasajeros en el coche?

    Lo correcto, antes de subir al coche, es dirigirse en primer lugar a la puerta del copiloto, abrirla para que el invitado pase, especialmente si es una mujer, ayudarle desde fuera a cerrar la puerta y sólo entonces subir al coche.
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    PROPINAS.

    Dar propinas es un acto de cortesía, como agradecimiento por la especial atención recibida. Hay que desechar la idea que considera la propina como un acto de paternalismo que implica cierta humillación para la persona que la recibe.

    La propina debe ser un acto discrecional, con el que se premia la calidad del servicio recibido, por tanto, no debe ser algo automático, ya que perdería su sentido de premio.

    Su cuantía debe ser del importe apropiado, según los usos del lugar:

    Ni muy reducida que enfademos al que la recibe, ni muy elevada que salga todo el personal del restaurante a rendirnos pleitesía, al tiempo que se preguntan quien es ese "chalado" tan dadivoso.

    En cualquier caso, si hubiera duda, más vale pasarse que quedarse corto.

    Está muy extendida en los restaurantes la costumbre de dejar como propina un 10% del importe de la cuenta.
    Dar una propina no puede ser la ocasión de deshacerse de toda la calderilla (moneda suelta de escaso valor). Hay que tratar de darla en la moneda más comoda para el que la recibe.

    ¿A quién hay que dar propina? Entre otros a:

    Camareros

    Taxistas

    Mensajeros

    Repartidores de pizza

    Acomodadores de cine

    Mozos de hoteles

    Peluqueros
    Cuando se viaja al exranjero hay que preocuparse por conocer cuales son las costumbres del lugar. En ciertos países la propina llegar a ser casi "obligatoria".

    Sea precavido y lleve el importe de la propina preparado cuando prevea que la ocasión se puede presentar.

    La excusa "Disculpe, pero no llevo nada, la próxima vez...", no es más que eso, una excusa, denota falta de previsión y, además, "molesta" una barbaridad.
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    REFRANES y protocolo.

    Lo cortés no quita lo valiente.
    La educación y el respeto a las personas no está reñido con defender cada uno sus convicciones. No podemos perder las buenas maneras con personas con las que no compartimos criterios o formas de pensar.

    Buenos modales juntan caudales y abren puertas principales.
    Las buenas maneras y la buena educación, abren más puertas en la vida y dan mayores oportunidades que cualquier otro tipo de comportamiento.

    Cortesías engendran cortesías.
    Siendo educado y cortés siempre trae como consecuencia, que el resto de las personas sean más amables y corteses a la larga.

    La cortesía es de quien la da, y no de quien la recibe.
    Indica que se debe tratar con educación a todas las personas, incluso a aquellas personas que no se lo merecen o que no tienen buenos modales o buena educación.

    Cuanta más grandeza, más llaneza.
    Por muy sencilla que sea una persona, el mayor tesoro que tenemos es nuestro comportamiento. El comportamiento no conoce grandezas. Se puede ser importante y ser un maleducado.

    De los sublime al ridículo no hay más que un paso.
    El mejor comportamiento, o una acción digna de mención puede quedar en nada con un comportamiento inadecuado o una mala educación.

    Lo que se aprende de cuna, siempre dura.
    Siempre que hemos recibido buenos ejemplos en casa, es difícil olvidarlo. Por eso siempre debemos actuar de forma correcta en nuestras acciones diarias para dar buen ejemplo y sembrar la semilla de la buena educación.

    Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
    Aunque tratemos de "disfrazar" nuestro comportamiento, si éste no es bueno siempre se notará que no somos personas con buena educación, con buenas maneras.

    Lo bueno aborrece y lo malo apetece.
    Debemos cuidarnos de actuar de mala manera, con malos modales, aunque en determinadas ocasiones es mucho más fácil irnos por "las malas". Hay que guardar la buena compostura en todas las ocasiones, demostrando nuestra buena educación y buenos modales.

    Virtudes vencen señales.
    Nos da a entender que, por muy poca apariencia de ser educados que se tenga, la forma de obrar nos demuestra todo lo contrario. Las virtudes interiores nos hacen más respetuosos con los demás .

    Aunque vestido de lana, no soy borrego.
    No se puede juzgar por la apariencia exterior. Se puede vestir de forma humilde, pero no por ello no se puede tener buena educación y buenos modales.

    Al que al cielo escupe, en la cara le cae.
    Si obramos de mala manera, o con malos modales, es fácil que obtengamos también comportamientos poco educados.

    Dime de que presumes y te diré de lo que careces.
    En muchas ocasiones queremos "aparentar" buenas maneras, pero nuestras actuaciones demuestran que no las tenemos. No hay que "aparentar" hay que ser.

    Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan.
    No tratemos de ser nunca otra persona. Tenemos que obrar en consecuencia a nuestra manera de ser y no a la de los demás. Si tratamos de actuar como "pavo real" y no lo somos es fácil que se descubra nuestra verdadera personalidad y educación.

    Más vale ser que parecer.
    Sea educado, pero no trate de aparentarlo. El movimiento se demuestra andando no fingiendo. Si eres educado se demuestra día a día no aparentando serlo.

    Bien predica quien bien vive.
    Dejémonos de sermones, ya que el mejor ejemplo es la forma de actuar en nuestra vida diaria. De nada vale decirle a nuestros hijos, por ejemplo, no digas palabrotas si nosotros las decimos a diario.

    Más vale vergüenza en cara que mancilla en el corazón.
    Si se ha cometido un error o hemos actuado de forma descortés o maleducada es mejor reconocerlo y pedir disculpas que esperar a que alguien nos lo recrimine.

    No te metas donde no puedas salir.
    En determinadas ocasiones, fiestas o reuniones, queremos hablar de todo o disimular que sabemos de todo y muchas veces hablamos más de la cuenta o nos metemos donde no debemos, quedando como "listillos".

    La respuesta mansa, la ira quebranta.
    En situaciones tensas no hay que perder los nervios. Si respondemos con educación y respeto lograremos calmar lo ánimos, aunque lo fácil sea perder la educación.

    Donde fueres haz lo que vieres.
    Este refrán es muy nombrado en nuestras páginas, para indicar que cuando no sabemos como actuar o utilizar un determinado cubierto, por ejemplo, lo mejor es observar que hace el resto de comensales.

    En cada tierra, su uso; en cada casa, su costumbre.
    No tenemos por que imponer nuestras costumbres. Aunque tengamos una determinada en nuestra tierra o casa, cuando vamos a otras regiones o países se deben respetar la suyas, como símbolo de respeto y buen educación.

    Lo que se usa no se excusa.
    La costumbre de un determinado país o región no debe dar reparo hacerlo (aunque para nosotros no sea una costumbre). Hay que respetar a otras culturas o tradiciones.

    Va el Rey do puede, y no a do quiere.
    Hay ocasiones en la que debemos actuar como dictan "las normas" y no como a nosotros nos gustaría obrar. Por ejemplo, debemos ir vestidos como mandan para un determinado evento y no ir como a nosotros nos gustaría ir.

    Comprenderlo todo es perdonarlo todo.
    No juzguemos actitudes y comportamientos que no compartimos.

    Oir, ver y callar, recias cosas son de obrar.
    Se podría equiparar a "La prudencia es la madre de la ciencia". En muchas ocasiones la mejor forma de actuar educadamente, es escuchar y guardar silencio. O como vulgarmente se dice no "metiendo baza".

    Ir contracorriente no es de hombre prudente.
    No podemos obviar las normas y costumbres, y actuar de forma contraria a las mismas. Las normas están para cumplirlas.

    Quien de dos relojes se sirve, nunca sabe en que hora vive.
    Una cosa es la educación y otra el propio criterio. No se puede "jugar" a dos bandas y querer estar de acuerdo con todos los pareceres. No sea una persona "veleta" sin criterio propio.

    Lo poco agrada y lo mucho enfada.
    Nunca exagere sus modales ni su cortesía. Puede caer en la exageración y resultar demasiado "empalagoso".

    En el medio está la virtud.
    A tenor del refrán anterior, indica que la moderación es la mejor forma de educación. Actuar de forma moderada en cualquier ocasión, sin llegar a "atosigar" con nuestros excesos de buenas maneras.

    Las apariencias engañan.
    No se puede juzgar por el aspecto externo, aunque sea nuestra primera referencia de una persona. Como se decía en la edad Medieval, un caballero debe serlo no parecerlo. Las personas educadas se ven por sus obras y no por su apariencia. Aunque no por ello debemos descuidar nuestra apariencia y nuestra forma de vestir.

    Al hombre mayor, darle honor.
    Indica el respeto que debemos guardar por cualquier persona de avanzada edad. Todas ellas merecen todo nuestro honor y respeto.

    Vale más caer en gracia, que ser gracioso.
    El buen carácter, la educación y la simpatía son mejor tolerados que la falsa cortesía o el forzado ingenio de algunas personas. Hay que ser natural y educado.

    De su talento, ninguno hay descontento.
    Las personas cultas y educadas, suelen ser bien aceptadas por todo el mundo. Su prudencia y su buen hacer son las mejores cartas de presentación de una persona.

    Más vale ciencia que renta.
    Es mejor comportarse bien y tener buena cultura y buenas maneras, que tener solamente dinero.

    Rectificar es de sabios.
    Nada hay tan galante y educado, como reconocer un error o una "metedura de pata". Tratar de justificar un error, en la mayoría de los casos, solo empeora la situación.

    No hay nada tan atrevido como la ignorancia.
    Cuando estamos en una conversación, lo más prudente y educado es no entrar en la materia si desconocemos todo sobre la misma. No hay que hacer ver que sabemos de todo. Fácilmente caeremos en el error de aparentar algo que no podemos o sabemos.

    Mucho enseña quien bien pregunta.
    Al igual que decíamos "donde fueres haz lo que vieres". Cuando tenemos alguna duda lo mejor es preguntar. No tiene por que avergonzarnos. Dice otro refrán que: "Tonto no es el que no sabe, sino el que no pregunta". Siempre que dudemos es mejor preguntar.

    Cisculpa quieren las cosas.Cualquier error o comportamiento indebido, siempre requieren una disculpa. Las buenas maneras exigen demostrar la buena educación por medio de una disculpa.

    La palabra y la piedra suelta no tienen vuelta.
    Debemos pensar bien lo que decimos antes de decirlo. Podemos herir o molestar con lo que hablamos y como dice el refrán eso ya no tiene vuelta. También significa prudencia antes de hacer cualquier cosa.

    Obras son amores, que no buenas razones.
    Son los hechos, los que nos dan la verdadera esencia de las personas y no las palabras. No basta con parecer educado, sino hay que serlo y demostrarlo.

    Nadie nace enseñado, sino es a llorar.
    Todos debemos aprender a comportarnos, pues como bien dice el refrán nadie nace enseñado. Todos aprendemos un montón de cosas a lo largo de la vida, y la buena educación es una de ellas.

    A tal señor, tal honor.
    Indica que según el rango de una persona así debe ser tratada y honrada, con independencia de lo que uno piensa. Ahí es donde se ve nuestra educación.

    Palabras de cortesía, suenan bien y no obligan.
    Hay que ser amable aunque no se esté de acuerdo con ciertas opiniones. Se puede ser cortés sin comprometerse a nada.

    A veces logra una flor lo que un diamante no.
    Los regalos, no siempre causan efecto por al valor del mismo, sino por la sencillez y detalle tenido en un determinado momento.

    Donde no hubo despedida, no hay bienvenida.
    Cuando uno se va de un sitio sin despedirse, no suele ser bien recibido en su próxima visita o aparición. Si no se sabe que se fuera tampoco se da por enterado de su vuelta.

    El hombre demasiado cortés, falso es.
    Aquellas personas demasiado amables, de exagerados modales, suelen ser hipócritas que solo se mueven por un interés determinado.

    El hombre bien nacido, no niega saludos ni a sus enemigos.
    Las buenas maneras no deben perderse ni con las personas que no tenemos una buena relación.

    Menos mantel y más comer.
    Personas que extreman o cuidan en exceso la etiqueta y el protocolo, y se quedan cortos en otras facetas personales.

    Secretitos en reunión, es falta de educación.
    Hablar o cuchichear, cuando hay personas delante es una falta de educación, ya sea en una reunión, en una comida o en cualquier otro lugar que haya varias personas delante.

    Entre amigos y soldados, cumplimientos excusados.
    Quiere señalar que cuando estamos con personas de confianza, no tenemos por que aplicar un estricto protocolo o cortesía, sino tener un trato llano y sencillo, de confianza.

    El burro delante para que no se espante.
    Hace referencia a la descortesía de nombrar a varias personas, poniéndose delante de todos ellos nuestro nombre. Siempre nos debemos nombrar en último término (por ejemplo, íbamos Juan, Pedro, Alberto y yo; pero no decir, íbamos yo, Juan, Pedro y Alberto).

    Quien al poderoso adula, no ensalza, sino especula.
    Indica que la cortesía fingida a muchas personas de dinero, solo tienen un interés material de fondo, y no una cortesía espontánea. De parecido significado sería: "Al santo, por la peana", aludiendo a que nos interesamos por la posición o cargo de las personas y no por su persona.

    Quien tiene tejado de vidrio, no tire piedras al de su vecino.
    No se debe criticar nunca a nadie (es de mala educación) y aún menos cuando nosotros no somos precisamente un dechado de virtudes.

    El hombre discreto, alaba en público y amonesta en secreto.
    Alude a la fea costumbre que se tiene en muchos casos de reprender en público delante de otras personas (cosa muy poco educada), por malos modales, falta de respeto, error cometido, etc. Se debe reservar cualquier reprimenda o amonestación para el ámbito privado.

    Quien de otros habla mal, a otros de ti lo hará.
    Se hace referencia a las personas que hablan mal de otras en su ausencia, aludiendo que cuando tu faltes, hará lo mismo de ti. Es de mala educación criticar a personas que no están presentes.

    A palabras necias, oídos sordos.
    Se aconseja no escuchar ni atender, a personas que solo hablan de rumores, chismes y de los que hablan sin razón ni juicio.

    No ofende quien quiere sino quien puede.
    Ante una descalificación o cualquier otra ofensa indebida, lo mejor es ignorarla.

    No hay peor consejo, que el no pedido.
    Indica la necesidad de evitar meterse en asuntos ajenos o conversaciones ajenas. Somos muy proclives a meternos donde no nos llaman.

    Haz lo que bien digo y no lo que mal hago.Haz lo que bien digo y no lo que mal hago.Como hemos dicho, las obras diarias son el mejor ejemplo, pero si actuamos mal o vemos que otros lo hacen, no es motivo para tomarlo de disculpa. Una mala actuación no debe servirnos de ejemplo.

    De hombres bien nacidos es ser agradecidos.
    Debemos agradecer cualquier regalo o muestra de afecto (aunque el obsequio no sea en exceso de nuestro agrado). Podemos decir de forma similar: "Al agradecido, más de lo pedido", para indicar que siempre debemos mostrar agradecimiento por algo. No ser agradecido, es una falta de educación. Se indica en este refrán: "Al ingrato, con la punta del zapato".

    A buen servicio, mal galardón.
    Al igual que el anterior refrán , hace ver gente que no devuelve ningún tipo de cortesía o agradecimiento. Igual expresión se puede ver en este refrán: "Donde un favor se hace, un ingrato nace", viniendo a decir que no se agradece ni aprecia la ayuda o favor prestado.

    Se olvida una buenba acción, pero no un buen bofetón.
    Actuar de forma correcta, puede olvidarse, pero un mal comportamiento es muy difícil olvidarlo, y puede ser recriminado cientos de veces. Es mejor actuar de forma correcta y pasar desapercibidos que no nos recuerden por un pésimo comportamiento o actitud.

    A donde te quieren mucho, no vayas a menudo.
    No se debe abusar de la hospitalidad de unos buenos anfitriones. Las visitas demasiado reiteradas o muy prolongadas pueden llegar a cansar. Otro refrán nos lo corrobora: "La visita, cortita". Hay un dicho un poco tosco que dice: "Las visitas como el pescado, al tercer día huelen".

    Huéspedes de repente, ni me los mientes.
    Hacemos referencia a las visitas inesperadas, que a veces, se presentan en los momentos más inoportunos. No se debe ir de visita, sin un previo aviso (llamada o carta).

    Al comprar una casa, piensa en el vecino que con ella pasa.
    La convivencia, es un punto fundamental de las relaciones humanas. Cuando nos vamos a vivir a una nueva casa o piso, lo hacemos en comunidad y por eso el refrán indica que hay que saber un poco a que vecindario o tipo de personas vamos a tener por vecinos.

    Cual te hallo, te juzgo.
    Hay personas que juzgan solamente por la apariencia, y no ahondan en la personalidad y el carácter de la persona.

    Por la obras, y no por el vestido es el hombre conocido.
    No es suficiente vestir ropas caras y elegantes para pasar por un caballero o señora. Hay que demostrarlo actuando como tal. Sería similar el conocido refrán: "El hábito no hace al monje".

    En chica casa, gran hombre cabe.
    Es una falta de educación menospreciar a las personas por lo que son o lo que tienen. Una casa humilde puede albergar una gran persona.

    Lo que te cubre, te descubre.
    Al igual que otros refranes anteriores, indica que el vestido no hace a una persona educada o cortés. Solamente son apariencias. Lo mismo nos indica este refrán: "Una buena capa, todo lo tapa", aludiendo a las personas que se fían solamente de las apariencias.

    Quien presta a un amigo, compra un enemigo.
    El dinero es una delicada cuestión, que viene a decir que dejar dinero a un amigo suele traer bastantes problemas. La cortesía, obliga por ambas partes. Por un lado no debería pedirse. Por otro, una vez pedido, no debería negarse. Hay otro refrán muy ilustrativo sobre el tema: "Quien deja dinero a un amigo, pierde dinero y pierde amigo".

    Hablando se entiende la gente.
    Una persona educada nunca pasa a los hechos, sino que utiliza las palabras. Hablar es el mejor modo de evitar comportamientos violentos y poco educados.

    Entre padres y hermanos, no metas tus manos.
    Nunca se debe inmiscuirse en conflictos o temas familiares. No tiene que hacerse ningún papel de mediador si éste no ha sido solicitado. Sea educado y absténgase de intervenir.

    No hay tal maestro como Fray Ejemplo.
    Como hemos señalado en otras partes de la Web, el ejemplo es una de las mejores enseñanzas que podemos dar a nuestros hijos y a las personas que tenemos alrededor. De personas educadas es fácil que salgan personas educadas. Así nos lo indica este refrán: "Lección bien aprendida, tarde o nunca se olvida".

    Lo que es moda, a veces incomoda.
    Quiere indicar el pequeño "castigo" que algunas personas sufren por la tiranía de la moda, y su pequeño o gran tributo que la misma les pasa: no estar muy cómodos pero ir a la moda. Puede ir arreglado y elegante sin vestir prendas de moda.

    Cuando te sientes a comer los codos en la mesa no has de poner.
    Ya en los manuales de urbanidad, se indicaba que los brazos no deben reposar en la mesa apoyando los codos sino el antebrazo. No obstante, cada vez es mas usual ver a las personas apoyar los codos en la mesa, teniendo cierta permisividad a consentirlo cada vez en mayor medida.

    Las señoras no tienen espaldas, ni los hombres deben darla.
    Hace referencia a la descortesía que supone dar la espalda a cualquier persona. Hay que tratar en cualquier corrillo o tertulia no dar la espalda a ninguno de los invitados.

    Educación y pesetas, educación completa.
    Siempre se ha relacionado la buena educación con el dinero. Lo que viene a ser un hecho relativamente cierto al poder pagar una buena educación en un buen centro si se tiene dinero. En la actualidad, existe ya la educación pública que cubre, en cierta medida, este hueco que antaño no existía, y cuando solo se educaban las personas con recursos.

    Secreto entre reunión es de mala educación.
    Da lo mismo que sea una reunión que cualquier otro tipo de encuentro. Es de mala educación la costumbre de contar "secretos" al oido, cuando se está con más gente. Y aún menos acompañarlo de miradas, risas o cualquier otro gesto, que puede sembrar desconfianza o suspicacias entre los presentes.

  • Varias fuentes. Recopilación realizada por A. Torres Sánchez.

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